La ola de calor ya ha llegado y las opciones para hidratarse son múltiples, aunque no todas ofrecen las mismas propiedades
¿Tiene sed? La ola de calor acecha y la sensación de sed es traicionera: aparece en cualquier momento. La exposición al sol, las altas temperaturas y el mayor tiempo en la calle, la piscina o la playa son factores a tener en cuenta. Por ello es importante saber cuáles son las bebidas que mejor la combaten. Giuseppe Russolillo, presidente Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AEDN), asegura que el agua «es el líquido de preferencia». Sin embargo, Russolillo también destaca las propiedades de las infusiones, sopas y caldos. Estos últimos, representados por los gazpachos y sopas frías en la etapa estival.
«Lo bueno de las sopas y caldos, como el gazpacho, es que son muy hidratantes y mineralizantes.
Tienen un valor nutricional importante», asegura el experto. Aunque en
ningún caso estas bebidas pueden sustituir al agua, lo cierto es que en
verano sudamos más y, además de agua, perdemos electrolitos (minerales
presentes en la sangre) que hay que restituir.
Para completar la lista, están los refrescos, aunque «siempre con moderación
y cuando no se padezca diabetes o riesgo de obesidad. En esos casos, la
opción sería la versión light». También se podrían incluir, según
cuenta Russolillo, los zumos y la leche:
«Contienen mucha agua pero aunque pueden contribuir a una hidratación,
los nutricionistas lo consideran más como un alimento que como una
bebida».
Agua, sopas y caldos, refrescos, zumos y leche para hidratar
Una vez que haya aparecido, eso sí, hay que escoger.
«Algunos pacientes me han comentado que con otras bebidas la sensación
de sed no se le ha quitado tan rápidamente o
de una manera tan eficaz como ocurre cuando beben agua», cuenta el
nutricionista, aunque reconoce que no hay estudios que asocien el grado
de satisfacción de la percepción de sed con la hidratación.
Temperatura idónea
¿La temperatura de la bebida influye para saciar la sed? Según explica Russolillo, influye indirectamente.
La temperatura puede provocar rechazo a la ingesta y acabar tomando
menos cantidad de la que se necesita. Además, tomar una bebida demasiado
fría en verano puede sentar mal, ya que el contraste de temperatura
puede generar malestar estomacal. Lo ideal, dice Russolillo, es beber a
una temperatura caliente en invierno y fresca en verano, pero sin llegar
a extremos.
En cuanto a la cantidad, la recomendación general es de ocho vasos diarios
de agua al día. No obstante, en verano se incrementan las necesidades
de hidratación. Por eso se aconseja acompañarla de la ingesta de fruta
y, sobre todo, evitar que aparezca la sensación de sed.
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